CUENTO CON MORALEJA:
Hubo una vez un curandero que anunciaba que podía curar al camello de su joroba. Le llevaron uno para que lo curara.
El curandero colocó una tabla de madera en el suelo e hizo que el camello se tendiera en ella. Luego colocó otra tabla encima del animal y pidió a la gente que se subiera allí y pateara con toda su fuerza.
El camello se murió.
El dueño del camello llevó al curandero frente a la justicia por la muerte de su camello.
Y el curandero dijo: “Mi oficio es enderezar jorobas. Mi oficio no es procurar que el animal salga vivo.”
MORALEJA: El gobernante que está atento a que se recauden debidamente los impuestos, pero no está atento a que la gente siga viva, no se diferencia en nada del curandero de jorobas.
Chiang Chinchih (escritor chino del siglo XVIII)
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